Medicinas para mi gripe
El maldito refrio me cachó una vez mas. Le he pedido con el alma entre las patas que se largue de mis alrededores y no hubo caso. Por suerte las pocimas adquiridas en el naturista aliviaron las gotitas que se desplezaban sin mas ni mas desde mi nariz. Entonces me quedé el finde encerrada, mirando la lluvia caer a traves de la ventana , y mas de una peli que dejaba bastante que desear.(pero que acompñada por las milanesitas de Chele , eran digeribles) Pero al fin el domingo a la noche, decidí cortar con tanto encierro , y nos fuimos al carnaval de Sitges. En pocos minutos salia de Barcelona y entraba en Rio. ( si , con menos cachengue y un poco mas toscos los movimientos de cintura)...Sitges estaba poblado de carrozas y comparsas y gentes disfrazadas y papel picado y una conmoción generalizada. Y yo que ni idea tenía que los carnavales eran importantes en España!
El lunes costó arrancar , porque la movidita de la noche anterior , no contribuyó del todo a la recuperación. Empezabamos catalan y me costó hacer el esfuerzo de llegar hasta la clase. Cuando entro , gente de todas partes del mundo ( sudafrica , eeuu, holanda , belgica , bolvia , alemania) giraba al rededor de la clase con una musica. Cuando paraba la musica habia que detenerse y conversar en catalán ( que para esta altura estaba olvidado) con la gente con la que te topabas. Asi conocí una uruguaya , que habia vivido en Belgica . Empezamos a hablar y con la emción de ese encuentro , sólo me salian palabras en protugués , en francés y ni una sólita en catalán. Con el corazón contento , y un poco menos engripada , me fui al encuentro de Monique. El contacto con esos ojos ( siempre escondidos tras las infaltables gafas) entre picaros y melancolicos, endulzó el anochecer lunedino. Para la segunda caña , no quedaban demasiados rastros de estornudos.
Sólo quedaba el tono suave de su voz , flotando entre las cuatro paredes del bolichón de la barceloneta. Y yo intentando desencaracolar los caracoles que tan gentilmente nos ofreció el hombre de la barra , mientras la china teñida de rubio , cobraba la cuenta. y volver a casa, y sacarme todo el frio enredada entre los brazos de mi soducho.